Un informe de la empresa ESET detalló las tendencias en seguridad informática que tendrán mayor impacto el próximo año en América Latina.
Por Canal26
Sábado 30 de Diciembre de 2023 - 20:20
El 2024 será un año más que desafiante para la seguridad informática, ya que mientras la tecnología avanza, también lo hacen las amenazas, lo cual exigirá respuestas estratégicas para proteger la integridad de datos y sistemas.
Esta problemática fue planteada en un estudio de ESET Latinoamérica, que analiza el panorama de la ciberseguridad en la región, presentando las siguientes tendencias y desafíos que prevalecerán durante el año entrante.
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Debido a su rápido avance, la inteligencia artificial (IA) ocupó un rol protagónico en los medios y desató fuertes controversias a nivel mundial. Sin embargo, gracias la evolución del ChatGPT y otras aplicaciones que incorporan tecnologías de IA generativa, se abrió una ventana de oportunidad para fortalecer la ciberseguridad.
Un aspecto positivo es que la implementación de modelos de lenguaje avanzados podría potenciar la capacidad de la ciberseguridad, ya que la IA permitiría mejorar la detección de amenazas, mediante sistemas capaces de aprender patrones de comportamiento y que logren identificar anomalías de manera precisa.
De todas maneras, la misma tecnología también puede ser aprovechada por actores malintencionados para llevar a cabo ataques basados en la ingeniería social aún más sofisticados. Por ejemplo, con los algoritmos de inteligencia artificial generativa se demostró lo sencillo que puede ser generar correos electrónicos, mensajes o llamadas automatizadas que imiten de manera convincente a usuarios legítimos, por lo que se estima que para 2024 este tipo de ataques sean más frecuentes.
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Por otro lado, el informe señala que se espera también que la monitorización de actividades sospechosas se intensifique en aplicaciones de mensajería como WhatsApp, Telegram y plataformas similares, ya que el cibercrimen amplió su alcance desde la dark web hasta apps de mensajería de uso generalizado.
El principal desafío será encontrar un enfoque que logre armonizar la seguridad digital con la preservación de la libertad individual, equilibrio que será un elemento central para las estrategias de ciberseguridad.
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En 2023 existió un incremento de campañas maliciosas que emplean commodity malware en la región, principalmente el uso de amenazas tipo RAT, que tienen como objetivo obtener información valiosa y generar beneficios económicos.
En este contexto, las estrategias de seguridad se ven desafiadas a poseer una capacidad extendida para ampliar la visibilidad sobre comportamientos sospechosos que puedan indicar posibles intrusiones en un sistema. Es por ello que tanto la adaptabilidad como la capacidad de aprendizaje de los equipos de seguridad serán elementos cruciales para mantenerse a la par de la continua evolución de los cibercriminales.
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Los ataques a la cadena de suministro representan una amenaza en crecimiento en la región, con una evolución en la estrategia de los atacantes que podría permitirles dirigirse de manera más específica a eslabones críticos de la cadena, interrumpiendo operaciones vitales.
La necesidad de implementar medidas preventivas a lo largo de toda la cadena de suministro en la región, desde las grandes corporaciones hasta los proveedores más pequeños, es urgente. Es por ello que las empresas deberán verificar la seguridad de los proveedores de servicios tecnológicos, especialmente en aquellas asociadas con infraestructuras críticas en América Latina.
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Los troyanos bancarios seguirán vigentes y evolucionarán. Se espera una mayor sofisticación en técnicas de evasión, como el uso de técnicas de camuflaje y la exploración de vulnerabilidades específicas de la región.
"En este panorama, la ciberseguridad enfrenta la tarea crucial de no solo reaccionar, sino también prevenir. La educación continua de los usuarios se vuelve esencial para fortalecer la primera línea de defensa contra los troyanos bancarios", plantea ESET.
Estas proyecciones destacan la necesidad de una ciberseguridad dinámica y adaptable para hacer frente a los desafíos emergentes en el panorama de la seguridad informática en 2024.
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